A no ser que te quieras perder en el laberinto de la búsqueda sin respuesta de racionalizar lo que por su propia esencia no lo es.
Vivir es fluir y seguir esa fuerza eterna de la Vida, inagotable e incomprensible, o pararse a pensar y perder la ola.
El que piensa más de la cuenta ve pasar el Misterio de la existencia, el que lo siente y fluye con él simplemente lo sigue, se deja guiar por algo que no puede comprender.
Hay que elegir entre dos opciones que se excluyen entre sí: o te dejas llevar por algo que no puedes comprender, o te paras a pensar y lo pierdes.
Fluir o no fluir, esa SÍ es la cuestión.