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Alberto Gala • February 21, 2023
La Mente y el Cerebro

Pensar que son lo mismo o que realizan las mismas tareas es habitar en la confusión total. Tienen naturaleza distinta, funciones distintas, nombres distintos pero están muy conectados. Forman una pareja que conecta la dimensión material orgánica del ser humano con la dimensión invisible no material del ser humano.


Empecemos por el cerebro, el más fácil de entender dentro de la dificultad de llegar a conocer estos dos aspectos de la persona. Por obvio que parezca hay que destacar que se trata de un órgano, y se ajusta a las características de los órganos del cuerpo. 


Tiene células especializadas, diferenciadas para cumplir determinadas funciones que otro tipo de células no pueden realizar. Son las neuronas, que se organizan para cubrir todo el cuerpo de una red de tipo cableado o nervios, con centros de control operativos o ganglios nerviosos. Destaca el centro de control operativo que se ubica en el interior de la cavidad craneal, el cerebro. La anatomía de todo este sistema nervioso y en particular del cerebro es, como toda la anatomía del cuerpo, infinitamente detallada y magníficamente bien diseñada.


El cerebro destina cada una de sus distintas áreas, a diferentes funciones que cada vez van siendo más y mejor estudiadas por la neurobiología. Muy a grandes rasgos podemos diferenciar tres áreas. El área del tallo cerebral que se ocupa de procesos biológicos automatizados, que son miles dentro de los sistemas respiratorios, cardíacos, digestivos, renales, reproductores, etc. El área del sistema límbico, que se ocupa de los procesos emocionales, como sentirse agobiado, con ansiedad, furioso, tranquilo, en calma, frustrado, etc. y el área de la corteza o capa más externa, que procesa y coordina las distintas partes del cuerpo, la sensibilidad, la coordinación, el pensamiento, etc.


Por un lado se sabe que estimulando a través de electrodos áreas cerebrales se desencadenan procesos físicos y emocionales. Por vía inversa, se puede detectar la actividad de las distintas áreas cerebrales cuando la persona se encuentra ante una determinada acción, tiene que tomar alguna decisión, o está experimentado alguna emoción.


Es una estructura de gran complejidad.


Para las personas corrientes, me refiero a los que estamos fuera de la anatomo fisiología neurológica, el cerebro, a mi modo de ver se comporta como los distintos ministerios de un estado moderno. Tienen una sede central, delegaciones y subdelegaciones, muchas oficinas con distinto personal de distinto rango, capacidades, preparación y funciones. Técnicos y operarios a pie de calle. Representaciones en distintas partes del estado, etc. Una red operativa muy compleja con capacidad de decisión y operativa, siempre dentro de un margen. Eso hay que tenerlo claro, siempre dentro de un margen.


En la actualidad es un órgano que goza de gran popularidad y prestigio. Los especialistas e investigadores del cerebro están muy bien considerados, y junto con los genetistas, parecen estar en la punta del avance científico sobre el cuerpo humano.


La fascinación que genera el cerebro en la actualidad tiene algo de interesante y algo de trampa.


Es interesante porque nos acerca a los detalles del funcionamiento del cuerpo, y nos revela la maravilla biológica que somos. Ahora todo el mundo parece hablar sobre dopamina, serotonina y demás neurotransmisores.


Tiene algo de trampa porque si miras cómo funciona el estado de un país y sus ministerios, puedes ver que lo que se cuece en los edificios y entre los funcionarios es una cosa y lo que se cuece en el consejo de ministros es otra.


Así damos un salto desde el cerebro, el órgano, a la mente, la “¿?”. Exactamente, ¿Qué es la mente?


No es un órgano, y esto nos llena de confusión. La ciencia, técnica y tecnológica estudia lo que ve, lo que somete a pruebas de laboratorio, lo que puede someter a sensores técnicos y analizar en un software, lo que puede considerar como datos objetivos.

La mente no encaja en ninguno de estos parámetros. No se ve, no es orgánico, no es detectable por tecnología, no es objetiva. Es como un fantasma.


La psicología o la psiquiatría tratan de interpretar entonces a la mente desde el comportamiento humano. El laberinto en el que nos encontramos es un misterio. Para conocer el laberinto tienes que haber salido de él o tener un mapa o una visión aérea, global del conjunto. De otra manera estarás perdido o más o menos ubicado en una zona concreta, pero no sabes la extensión ni tu ubicación dentro del laberinto completo.


Bajo mi punto de vista y en base a mi experiencia debemos de tener en cuenta los siguientes puntos para no perdernos definitivamente en este laberinto infinito:


1. No existe la mente, existen “las mentes”


Trataré de sintetizar para que se entienda lo mejor posible. Digamos que lo que podemos denominar la mente, es un conglomerado de 4 mentes que se coordinan de distintas maneras. Cada una de ellas, con sus características y fases evolutivas, realizan una aportación al conjunto psicológico de la persona.

  1. Por un lado tenemos la mente original, la propia del individuo, única para cada persona, e intransferible. Nos confiere la capacidad de ser únicos, irrepetibles y espontáneos.
  2. En segundo lugar tenemos la mente “natural”. Es una mente compartida con  todos los seres naturales. Como una especie de nube de información compartida con la naturaleza. De ella sale nuestra visión cósmica, chamánica, ancestral, sistémica, cíclica del tiempo, espiritual. Genera una relación con las deidades de todo tipo, las de los elementos naturales y las sobrenaturales.
  3. En tercer lugar tenemos la mente racional. Nos asienta en los procesos lógicos, materiales, palpables, mensurables, objetivables. Nos conecta también con las corrientes familiares y sociales. Organiza a la sociedad y nos ubica en relación al conjunto social. Diferencia a los líderes y les asigna valor.
  4. En cuarto lugar tenemos la mente subterránea, la de las pasiones. Forja en nuestro interior la envidia, la negatividad, el reproche, la queja, la incapacidad, el odio, la agresividad, los celos, etc. En definitiva, todo aquello que entendemos como comportamientos pasionales irracionales destructivos.


Cada persona tiene una combinación particular de cada una de ellas, y en cada una de ellas a su vez, tiene detalles propios, que en el caso de las mentes natural, racional y subterránea, siendo propios también son compartidos, pues son mentes globales, no personales.


2. Las mentes se comunican con el cerebro, y le marcan sus pautas de comportamiento.


Estamos en el nivel de los ministros, en relación con sus ministerios. Las mentes marcan los objetivos, los planes, las necesidades. El cerebro es el ejecutor de las distintas mentes. El operativo a pie de calle, en el cuerpo. La conexión entre las mentes y el cerebro es un asunto muy complejo que dejaré para otro post.


3. Su lenguaje son los arquetipos, que son modelos complejos de identidad.


Cada modelo de identidad tiene sus principios, sus aspiraciones, su forma de interpretar la vida, su forma de ubicarse en la sociedad. Este punto dará para mucho en otros post.


4. En el interior de la mente, se debaten dos modos de funcionamiento, dos estilos de hacer y de entender la vida, que son las fuerzas internas de cada individuo que marcan su vida y las distintas etapas por las que pasa ésta.


Entre esas dos fuerzas se juega la gran partida oculta de nuestra mente, que tendrá al órgano cerebro como brazo ejecutor.

Esas dos fuerzas son: 

  1. la de ser uno mismo, libre, original y espontáneo. Sin condicionamientos impuestos por nadie.
  2. la necesidad de controlar o de ser controlado. La de ejercer el poder sobre otros, o la de que otros ejerzan el poder sobre uno. Ser gobernante o gobernado, ser jefe o empleado, ser dominante o dominado, ser vigilante o vigilado, ser víctima o verdugo, ser tirano o pueblo oprimido, ser político o votante, ser gurú o adepto, ser guía espiritual o feligrés, ser deidad o creyente, ser profesor o alumno, ser médico o paciente, ser sabio o ser buscador, ser creado o esperar la muerte…, y así en todas las formas posibles de la vida grupal, espiritual, familiar y personal.


La mente es el gran laberinto de la Vida, aunque hubo una vez, al menos eso cuentan las leyendas, que la vida no estaba en el laberinto. Sólo quien lo vivió lo sabe.








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