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Alberto Gala • Mar 07, 2023
Estar programado trae consecuencias

No podemos restarle importancia a nuestras programaciones mentales, al menos debemos conocer sus consecuencias para asumirlas.


La mente humana tiene una doble naturaleza profunda. Por un lado es original, única, auténtica, expansiva, abierta, intuitiva, misteriosa, expresiva e indomable. Por otro lado es rígida, limitante, programable y controlable. Esta doble naturaleza nos somete a una prueba constante de vigilancia, nos debe mantener alerta ante el invasor interior que bajo cualquier apariencia trata de instalarse en una zona oculta y profunda, y desde allí crecer usando sus mejores artimañas.


Las programaciones mentales utilizan varias estrategias para aprovecharse de nuestros recursos.


1. Crecen progresivamente en el tiempo.


Tienen poco poder cuando somos más pequeños y toman todo el control cuando somos adultos.


2. Usan la ubicación estratégica de la mente.


Desde allí, lugar misterioso en una dimensión no física, a través de una mecanismo poco conocido, se encargan primero de la toma del cerebro. Esto les otorga una ventaja clave. Desde el cerebro tienen a su disposición inteligencia, pensamiento, creatividad, recursos emocionales, capacidad ejecutiva para decir y hacer lo que haga falta. También tienen control sobre la fisiología, sobre los órganos y sistemas. 


3. Instalan mecanismos defensivos para proteger y aumentar su estatus. 


  1. Uno de sus mecanismos defensivos es generar RECHAZO ante cualquier amenaza. Cuando una persona recibe alguna indicación sobre un comportamiento programado, el mecanismo se activa produciendo reacciones de cierre emocional de tipo: no quiero escuchar esto, no tienes razón, eso no es verdad, yo no soy así, eso no es asunto tuyo, no me merezco que me digas o que me pase esto, etc.
  2. Otro es la ausencia de expresión o la negación de uno mismo. La persona genera un proceso de negación de distintas áreas de uno mismo, bajo la apariencia de: ya me gustaría ser así o poder hacer eso pero no puedo o no me atrevo o no me sale. O directamente se ocultan y hacen desaparecer aspectos de uno mismo que no llegamos a poder reconocer, y vamos convirtiendo a nuestra mente auténtica en un desconocido.
  3. Otro es la REPROGRAMACIÓN, que es la transformación, la mutación o la evolución de la programación, para dar el aspecto de resolución o superación. Es cierto que puede suponer una ventaja pasar de una programación más dañina a otra menos dañina, pero sigue siendo una estrategia de conservación de la propia programación. 


4. Utilizan una fuerza muy poderosa: la necesidad.


Esa es la baza de ubicarse estratégicamente en la profundidad de la mente. Desde la mente se crean las necesidades. Las programaciones se fijan, aprenden cuáles son las necesidades profundas espontáneas y naturales de la persona, y las van suplantando, modificando, copiando, imitando y desviando, para TOMAR CONTROL  sobre la persona sin que ésta se de cuenta.


Generar necesidades falsas desde la profundidad de la mente para tomar el control mental, cerebral, emocional y físico de la persona es el sistema de funcionamiento real de las programaciones mentales.

Son estructuras parásitas.


Entonces, si son tan astutas, tienen sistemas defensivos y de camuflaje, ¿Cómo detectarlas?


Tenemos dos grandes estrategias de detección, una subjetiva, a través del comportamiento, del diálogo, de la conversación, de la observación. Otra más objetiva, a través de la evolución física, del cuerpo.
Cada una de las dos tienen sus características. 


La primera es una estrategia psicológica. 

  • Requiere conocer la mente no programada y la mente programada, pues ambas generan necesidades, que es el lenguaje de la mente. 
  • Requiere también haber pasado por la experiencia de DESPROGRAMARSE para poder identificar lo que sucede antes, lo que sucede durante y lo que sucede después del proceso de arrancar una programación. 
  • Requiere conocer las distintas áreas de necesidades mentales, que es donde se fijan las programaciones, para poder identificar y detectar, diferenciar la programación de la mente natural. Tengamos en cuenta que nos hemos acostumbrado a vivir programados y tomamos como normales o comúnmente aceptados muchos de nuestros comportamientos programados.


La segunda es una estrategia corporal, de la evolución de las características y capacidades físicas en el tiempo.

  • Requiere conocer las distintas características de la fisiología del cuerpo, su funcionamiento, y cómo altera su funcionamiento, su propio lenguaje físico. 
  • Requiere conocimiento sobre el sistema global que gestiona la salud del cuerpo, que es el Ciclo de la Vida, las etapas por las que va pasando el cuerpo a lo largo de los años.
  • Requiere conocimiento sobre cómo actúan las distintas energías espirituales: El Soplo Vital, el Prana y el Chi y cómo manejarlas.
  • Requiere familiarizarse y experimentar la Salud Natural, que es el estado de salud propio del cuerpo a lo largo de la vida.


Muy en términos generales podemos hacernos a la idea, que las programaciones mentales nos causan dos tipos de efectos generales:

  • A nivel psicológico: anulan, omiten o distorsionan la expresión de uno mismo, de nuestra naturaleza original.
  • A nivel físico: inducen los procesos degenerativos del cuerpo, que llevan a las lesiones y a las enfermedades.


Otro factor importante que constituye una ventaja a favor de las programaciones y una desventaja o dificultad en la labor de DESPROGRAMARSE es el factor tiempo. Llevan tanto tiempo instaladas en la vida de las personas que la mayoría de ellas están totalmente normalizadas e integradas bajo el patrón de “es lo normal”, “es lo que conocemos”, “es como se ha hecho siempre”, “es lo más razonable”, “es así porque lo dicen los que saben, los que mandan o los que han estudiado o tienen cierta autoridad de tipo académica, intelectual, popularidad o directamente poder económico, político o en los medios de transmisión de la información como los libros, la prensa, las universidades, etc.”


Resumiendo, lo que hay que tener bien presente, es que DESPROGRAMARSE, eliminar nuestras programaciones mentales es un camino contracorriente en varios frentes:

  1. Contracorriente porque las propias programaciones tienen mecanismos de ocultación y defensa.
  2. Contracorriente porque la sociedad, las familias y las estructuras educativas y políticas mayoritarias ya tienen aceptadas esas programaciones.
  3. Contracorriente porque el cuerpo se va debilitando y perdiendo energía y una persona no desprograma su mente si en su cuerpo no tiene la suficiente energía vital, SOPLO VITAL, para desprogramarse.


Voy a destacar este último punto para que nos demos cuenta de uno de los errores y fallos más importantes en el abordaje de la inmensa tarea de la desprogramación. Para completar esta tarea hace falta energía, energía, mucha energía: Soplo Vital. 

Hay programaciones menores, medianas y está la GRAN PROGRAMACIÓN O PROGRAMACIÓN RAÍZ. Cuanto más grande la programación y más profunda, más energía necesitaremos, no es una estrategia mental únicamente. Para obtener energía necesitamos del cuerpo, que es desde dónde se obtiene. Por tanto hay que conocer bien a fondo los mecanismos fisiológicos del cuerpo y del Soplo Vital para poder DESPROGRAMARSE a fondo.


¿Para qué ir en contracorriente en tantos frentes? ¿Merece la pena? Libertad, salud, autorrealización, felicidad y misterio, por lo menos todo eso nos espera por delante de la DESPROGRAMACIÓN. Merece la pena muy de largo.

No hay tiempo que perder, comienza ya.




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